OPINIÓN | La nueva normalidad

Baskonia está a unas horas de poder alcanzar un título tras una mala temporada

La pandemia de coronavirus puso en vilo la competición española por primera vez en su historia. No era algo nuevo para los americanos que ya habían lidiado con situaciones algo más parecidas como las temporadas de ‘lockout’ al no llegar a un acuerdo entre los dueños de las franquicias y la asociación de jugadores por las normativas monetarias de los contratos.

La Liga Endesa en primer lugar decidió aplazar las dos jornadas siguientes para ver si podrían retomar la acción cuando estuviera controlado el brote, aunque finalmente se tardó más de tres meses y en la actualidad sigue habiendo rebrotes activos que amenazan a diversas poblaciones a lo largo de la geografía española.

El presidente Antonio Martín, decidió suspender la temporada de manera definitiva, sumándose a las iniciativas del resto de competiciones mundiales para intentar idear un modelo que les permitiera poner fin a la temporada sin poner en riesgo de contagio a sus jugadores. Finalmente, surgió la idea de la Fase Final en Valencia donde 12 equipos, cuya selección no estuvo exenta de polémica, se disputarían el título en una fase de grupos para posteriormente medirse en semifinal y final a partido único.

Estas nuevas medidas dejaban espacio para la sorpresa, y eso es precisamente lo que se ha visto a lo largo de los 15 días de baloncesto vividos en la capital del Turia. El Real Madrid eliminado en fase de grupos, el máximo dominador del baloncesto español en el último lustro, a lo que se juntaba el pase a semifinales de San Pablo Burgos, o las eliminaciones tempranas de algunos de los mejores equipos de la competición hasta el momento como Casademont Zaragoza o Iberostar Tenerife. Estaba claro que íbamos a tener que acostumbrarnos a la nueva normalidad.

Y estas nuevas normas sobre las que regir el deporte han dejado como claro ganador a un KIROLBET Baskonia que ha hecho una de sus peores temporadas en los últimos años. Entre lesiones de larga duración, cambios en el banquillo y derrotas contra equipos matemáticamente inferiores en liga, se puso en duda su futuro y se avistaba una especie de reconstrucción más que forzosa al juntarse el hecho de no cumplir con las expectativas deportivas con el tener que reducir su presupuesto a causa del impacto económico que el virus dejaban en las arcas del club.

Nada más allá de la realidad, pues Baskonia está a unas horas de entrar en su primera final en los últimos dos años, aunque desde hacía diez no estaban a un solo partido de poder levantar el título. Este acontecimiento tan excepcional, como han abanderado en numerosas ocasiones, permite a los vascos respirar con tranquilidad e incluso mirar al futuro con otros ojos más esperanzadores a los que tenían hace poco más de dos semanas.

Dusko Ivanovic estaba transformando al equipo antes del parón, se estaba notando en el juego mostrado con victorias importantes como la obtenida ante el Real Madrid en el WiZink Center, pero nadie se esperaba que el montenegrino tuviera la opción de replicar lo que consiguió en 2010 con esa canasta decisiva de Fernando San Emeterio. Levantar el título de ACB, algo que por otra parte no será nada fácil teniendo al FC Barcelona delante, les permitiría adulcorar una temporada nefasta.

Veremos si la inyección de moral instantánea pudiera servir para calmar las aguas de un Baskonia que lo tendrá difícil para volver a formar un grupo de alto nivel europeo, pues las bajas son presumiblemente demoledoras. Tornike Shengelia, su estandarte de los últimos años, parece tenerlo hecho con el CSKA de MoscúShavon Shields, que se ha revalorizado con sus actuaciones en esta fase final, tiene una oferta para unirse a la nueva superorganización de la Euroliga, Olimpia Milano. En el puesto de cinco, sigue habiendo un agujero negro difícil de solventar, con un Michael Eric que ha defraudado y con un Youssoupha Fall al que la fascistis plantar parece dejarle tocado durante mucho tiempo.

Mientras tanto, DeShaun Thomas es el nombre que apunta a recalar en el País Vasco para suplir la baja del georgiano, un jugador que lejos de ser una estrella, ha vivido una segunda juventud en el seno de un Panathinaikos destrozado por dentro, amenazando con marcharse a la Basketball Champions League y en “bancarrota”, metafóricamente hablando después de la desastrosa gestión de un prófugo Giannakopoulos.

Alzar su cuarta liga en la Fonteta les haría saltar de cabeza a la piscina de la nueva normalidad que tiene como característica principal el saltarse caminos que dificultan la conquista del título. Pero… ¿será suficiente? El escenario poco realista que se ha formado alrededor de este improvisado torneo es un arma de doble filo. Servirá bien para relanzar un equipo que parecía perdido a principios de año o para seguir viviendo en su particular “Show de Truman” de cuya salida será como poco, dolorosa.

Fuente foto principal: M. Pozo / acb photo